jueves, 24 de enero de 2013

Un cerebro diminuto

El dinosaurio de Cuenca: "Un gigante con cerebro de mosquito"

El cerebro del dinosaurio de Cuenca media unos 8 centímetros
Los restos del ampelosaurio (de unos 70 millones de años de antigüedad), más conocido como "El dinosaurio de Cuenca", fueron hayados el año 2007 en el yacimiento de la provincia española de Lo Hueco (Cuenca). Este dinosaurio pertenece a la especie de Ampelosaurus atacis que fue descubierta en Francia, lo que no significa que ambos dinosaurios pertenezcan a la misma especie.

El  Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha empleado los datos recogidos en este yacimiento para realizar una reproducción 3D a escala real del cerebro de estos animales, de tan sólo 8 centímetros de largo.
Recreación 3D del cerebro

El ampelosaurio pertenece al grupo de los saurópodos, dinosaurios de grandes dimensiones que colonizaron grandes extensiones del planeta en la Era Mesozóica (hace entre 253 y 66 millones de años). Más concreto, pertenece a los titanosaurio, un grupo de herbívoros característico del Cretácico (la última etapa de la Era Mesozóica).

Los ampelosaurios surgieron como resultado de una larga evolución, lo que contrasta con el diminuto tamaño de su cerebro en comparación con el de su cuerpo. La longitud de su cerebro era de 8 centímetros y la de su cuerpo podía llegar a alcanzar los 15 metros. Entre las dimensiones de su cuerpo destaca también el pequeño tamaño de su oído interno, y esta es la causa de que sus ojos, su cabeza y su cuello se moviesen de un modo tosco y lento.

viernes, 18 de enero de 2013

Un material omnifóbico

Crean un material que repele más de un centenar de líquidos diferentes

Material super impermeable
Científicos de la Universidad de Michigan han logrado crear un impresionante material capaz de repeler una increíblemente amplia variedad de líquidos diferentes. Todos estos rebotan en una superficie compuesta por un 95% de aire, formando una superficie increíblemente omnifóbica*. Según sus creadores, este material es impermeable a más de un centenar de líquidos.

Los investigadores explican que sustancias que dañan superficies comunes, retroceden cuando en su camino se encuentra este nuevo material. De este modo, casi cualquier líquido que se derrame sobre él, se desliza sin mojarlo. Sin embargo, en otros materiales similares, los líquidos densos y viscosos como aceites o alcoholes se adhieren a su superficie.

El equipo encargado de esta investigación experimentó los efectos que más de 100 líquidos producían al nuevo material, y tan sólo encontró dos que no se deslizaban sobre su superficie, estos son los clorofluorocarbonos (sustancias químicas empleadas a modo de refrigerantes).


sábado, 12 de enero de 2013

Una nueva era en la historia de la computación

Juan Ignacio Cirac: "Ya tenemos la receta para construir un ordenador cuántico"


Representación de un Gubit
Los avances en la tecnología logran, cada vez, la fabricación de chips a una escala más reducida, siendo así mayor la velocidad con la que estos procesan datos. De este modo podemos suponer que es posible llegar a la escala de nanómetros (existe un límite de tamaño), pero en esta escala los electrones no circulan por los canales por los que deberían circular. Esto se debe a que si una partícula choca con un obstáculo, rebota, y el chip deja de funcionar como debiera. Entonces, podemos suponer que la computación clásica acabará por quedar obsoleta, aunque para esto aún falte bastante. De este problema nace la idea de la computación cuántica.

La idea de la computación cuántica nació en 1981, de la mano de Paul Benioff sugirió utilizar las leyes físicas para perfeccionar la computación. La computación clásica (actual) emplea los bits,  con los números 0 y 1, sin embargo, la computación cuántica puede codificar 0 y 1 a la vez, pudiendo por consiguiente, realizar varias operaciones al mismo tiempo. Esto se debe al uso de gubits o bits cuánticos, que lograrían una potencia y velocidad inimaginables.

jueves, 3 de enero de 2013

Alzheimer cósmico

La radiación cósmica provoca alzheimer

Astronauta en el espacio
Las misiones espaciales eran aventuras ya considerablemente peligrosas como para añadir ahora el riesgo de sufrir alzheimer. La revista Plos One ha publicado recientemente un estudio que afirma que la radiación cósmica provocada por lejanas estrellas provoca síntomas de alzheimer. Esto justifica el riesgo que conllevaría un viaje humano al planeta Marte, ya que esto sería suficiente como para mostrar los primeros síntomas.

Kerry O´Banion, el autor principal del estudio asegura que la radiación cósmica supone una significativa amenaza para los astronautas del futuro. Esto se debe a que una larga exposición a este tipo de radiación espacial podría incrementar los riesgos para su salud; el padecimiento de cáncer es uno de los efectos que actualmente conocemos. Además, una exposición prolongada como la producida en un hipotético viaje a Marte provocaría problemas cognitivos y cambios cerebrales que se relacionan con la enfermedad de alzheimer.

Desde hace décadas sabemos que el espacio está lleno de radiación, aunque nosotros no lo percibamos, puesto que el campo magnético terrestre nos protege ante esta lluvia de partículas radiactivas. Sin embargo, cuando abandonamos la órbita terrestre, nos exponemos a esta peligrosa radiación que afecta negativamente a nuestra salud.